La explicación
se vuelve relativamente evidente al pasear por Les Halles escogiendo
horas, días y temporadas distintos.
A lo largo de los años
el desarollo del nudo de transporte puso Les Halles al alcance
de las lejanas afueras de París y un nuevo grupo de población
empezó a rondar por este barrio. Atraídas por la
magia de la Ciudad Luz, estas personas no tienen un poder adquisitivo
adecuado para convertirse en clientes del centro comercial. Y
peor todavía, muchos no tienen el capital cultural necesario
para disfrutar de París, incluso sin dinero.
Total estas pandillas se quedan en el vecindario inmediato del
forum mientras los compradores van por otros
lares.
En la zona del jardín
el problema es de otro tipo. Si la definición de varios
espacios más o menos especializados puede ser una buena
idea, la presencia de barreras, setos y demás estructuras
relativamente altas complica la comprensión del espacio
y le quita una parte de la visibilidad. En una ciudad en donde
anochece a las 17:00 eso provoca legítimamente cierta aprensión.