Al principio la nueva
instalación despistó a la gente pero pronto se desarolló
un mercado de prendas de segunda mano.
Al final del siglo
XIX los traperos se trasladaron a Saint-Ouen
y el mercado perdió otra vez su clientela.
En 1905 es cuando demolieron
cuatro de los seis pabellones nuevos y el mercado siguió
vegetando varios lustros.
Faltó poco para
que demolieran los últimos pabellones pero la población
se movilizó y en 1981 es cuando el mercado fue declarado
monumento histórico.