En el número
12 de la Calle Gaillon es donde uno encuentra esta asombrosa fachada
metálica.
El edificio fue diseñado
en 1913 por el arquitecto Jacques Hermant para albergar comercios.
En aquel entonces,
las estructuras metálicas
eran de moda porque permitían reducir la importancia de
las paredes maestras, aumentar el tamaño de las ventanas
y, al final, disponer de más luz natural.
El edificio de la Calle
Gaillon destaca no solo por la colección de remaches que
se nota en las viguetas sino también por su contexto :
la calle empieza por un hotel clásico de 1730 y se termina
en la plaza en donde sueñan
los escritores.