Transformaron el mercado
en gimnasio y en la parte superior instalaron viviendas.
Lo bueno es que supieron
inventar un toque de modernidad sin destrozar el espíritu
del lugar: las fachadas exteriores son relativamente anódinas
y concentraron los inventos en el patio central.
A mi me fascinó
la apertura de este edificio sobre el cielo. Empezaba a soñar
cuando de repente me asaltó la evidencia: ¿A donde
puede llevarte un Patriarca si no es al cielo?