más insólito

El Museo del Fumador

El Museo del Fumador forma parte de los sitios que uno descubre por casualidad.

Se halla en una discreta calle del distrito 11 y desde fuera se parece a cualquier tienda. Pero nada más entrar, uno ve a mano izquierda una buena colección de libros dedicados a todo lo que se fuma y en frente un mostrador que propone una gran variedad de papeles de ... cigarillos.

A mano derecha, varios escaparates presentan objetos relacionados con el tabaco pero es preciso pagar la entrada y empezar la visita para examinarlos correctamente.

 

Eso hice y asi fue como pude contemplar un estupendo calumet, una colección de mecheros y varias postales representando a fumadores de todos los continentes.

A continuación, un escaparate explora los usos medicinales de algunas plantas y demuestra que la frontera no es tan evidente.

La visita continua por la parte trasera de la tienda.
Un mini cuarto presentaba obras de arte pintadas sobre hojas de tabaco. Otro escaparate deja ver hojas de tabaco como si fueran secando. Varios cartelitos proporcionan informaciones sobre las diferentes categorías de tabaco.

Luego el pasillo presenta una interesante colección de grabados, incluyendo publicidades antiguas o representaciones de la autora George Sand.
Otro mini cuarto presenta una mezcla de pipas, narguiles y otros grabados.

 

El último cuarto, de tamaño más razonable, fue el que más me gustó, esencialmente por la pintura totalmente increíble que decora el techo y la parte alta de las paredes.

Acondicionado como una especie de café, este espacio se beneficia de la luz natural del patio del edificio y presenta también una colección de grabados así como objetos más insólitos como expositores de cerillas.

Al final este museo no tiene mucha extensión ya que apenas alcanza los 60 metros cuadrados pero te sumerge en un universo alternativo a contracorriente de los esloganes dominantes estigmatizando a los fumadores.

Por cierto, está prohibido fumar en el museo pero la libertad de la exposición compensa de sobra este pequeño fallo.

 

Siempre
y
por todas partes,
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a
los
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...