El Muro por la Paz es un monumento pensado para que la gente le de vida, paseando en la parte central, contemplando lo que dicen las pantallas o dejando mensajes en los intersticios diseñados para eso.

Pero a mi me gusta más por la madrugada, cuando yace abandonado en el Campo de Marzo.

Al principio, la idea era instalar el Muro al lado de la Torre Eiffel durante cuatro meses y luego trasladarlo ante la sede de la Unesco. Pero pasan los años y el Muro sigue aquí...

Por cierto, algunos gruñones del muy selecto distrito 7 se quejan porque el Muro fue levantado sin permiso y sigue desfigurando la perspectiva del Campo de Marzo.
Pero otros contestan que años atrás, otros gruñones decían cosas parecidas sobre la Torre Eiffel...

Al final no sé si trasladarán el Muro un día. Lo que sí sé es que su ubicación le proporciona muchos visitantes.
Y si se trata de gente que tiene el mismo concepto de paz que los dos de la foto, ¡ojala no muevan el Muro!