Siento una ternura especial
por este sitio.
Por cierto, la capilla fue edificada en el siglo 13 y es una maravilla
de la arquitectura gótica.
Pero lo que más me gusta en este lugar, es la increible relación
a la luz parisina que te dan sus 600 metros cuadrados de vidrieras.
Si tienes suerte y si vas cuando el sol juega al escondite con las nubes,
entenderás...