La visita empieza por
la parte baja.
Aquí está
la capilla que reservaban a los servidores del palacio y a los
soldados.
Por cierto el techo
no es muy alto y la nave tiene dimensiones casi intimistas. Pero
ya se nota en la decoración muy refinada que estamos en
un lugar especial.
También constatarás
que usaron mucho el dibujo de una flor de lis. Pero es que estamos
en la capilla de los Reyes de Francia y esta flor es su símbolo.
En cuanto hayas pasado
un rato y ya tengas olvidado el alboroto urbano, entonces podrás
abandonar la capilla del pueblo para subir a la
Capilla del Rey.