Por suerte también
instalaron noventa pequeñas fuentes entre las terrazas
y el canto del agua le da un toque agradable al sitio y más
para quién creció en una tierra de riachuelos.
Al final este jardín
tiene cierto encanto e imagino que en pleno verano eso debe ser
un sitio perfecto para leer tranquilamente.
En cuanto lo pruebe,
os cuento...
De momento te invito
a descubrir las Miras del Jardín.