La Galería Vivienne es probablemente una de las más bonitas de París.

Su creación resulta de la iniciativa de un notario: el Señor Marchoux. Despues de comprar varias parcelas de la misma manzana, supo reclutar a un arquitecto que había conseguido el Gran Premio de Roma, François-Jean Delannoy, para diseñar la galería.

La construcción empezó en 1823 y la galería fue inaugurada en 1826.

A partir de la entrada que se ubica en el número 4 de la Calle des Petits Champs, uno llega a un primer espacio bordeado de tiendas dedicadas al vino y a la gastronomía de lujo.

Y la verdad es que al contemplar el escaparate uno se queda boquiabaerto.

Chateau Cheval Blanc, Chateau Petrus, Chateau La Conseillante... y en otra estantería Romanée-Conti... los vinos franceses más míticos están aquí...

Y además organizan catas de vino...

Pero fui razonable y seguí el paseo.

Este primer espacio es en realidad el patio del edificio de la Calle des Petits Champs. Es la última parte añadida a la Galería Vivienne.

Pero el arquitecto supo aprovechar este patio sin modificar los edificios e integrarlo a la galería.

Dos elementos contribuyen a la identidad de la Galería. El primero es el uso de arcadas para las tiendas. El segundo es el suelo de mosaico realizado por el italiano Faccini.

Y estos mismos elementos se notan también desde la segunda entrada.