Nuestra primera parada
fue delante de la caseta 126, bautizada "El curioso".
Yo nunca hubiera mirado
un escaparate de este estilo. Pero mi amiga me enseñó
que las especialidades del dueño de la tienda eran los
abanicos y los neceseres y me invitó a contemplar la preciosidad
de los objetos expuestos a la concupiscencia de los coleccionistas.
Aclaro que estos objetos
no forman parte de mi universo estético y que si tuviera
uno de este tipo, lo más probable es que lo regalaría
a la primera victima que consiente, pero...