Caminando por esta
callecita, uno llega a una cruz con varias opciones.
Por un lado, una salida
hacia la muy concurrida avenida Michelet y sus puestos de prendas.
Por otro, una callecita sin salida.
Y en frente esta curiosa construcción.
Aquí empieza
la callecita número 10, muy estrecha pero cubierta.
Aquí uno encontrará
muebles tradicionales de las provincias de Francia y algunas mesas
que no entran en ningún piso moderno.
Pero uno puede soñar...