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La Senda Verde

El tramo siguiente, relativamente corto, aprovecha una zanja relativamente húmeda para proporcionar un pequeño jardín laberíntico.

Un mirador permite contemplar estas formas inventadas por los diseñadores Philippe Mathieux y Jacques Vergely cuando intentaron asociar la vegetación salvaje que crecía al lado del ferrocarril a un paisaje más domesticado.

 

Pasado el mirador, el paseo sigue entre árboles más altos que casi esconden los grandes edificios contiguos.

Alternan zanjas y túneles y si el espacio resulta más ancho que en el viaducto inicial, alberga carriles de bicis, así que el espacio de los peatones no es tan grande.

 

Si existen algunos bancos para sentarse un rato, no encontré en esta parte del recorrido algún rincón en donde hacer tiempo con gusto.

Así que contemplé el último túnel de esta zona un poco triste con mucha alegría.

 

La sección que empieza al salir del túnel tiene una leve pendiente que te lleva suavemente al nivel de la planta baja de los edificios.

Arquitectura anódina, alameda estrecha sin bancos para descansar un rato, la sorpresa ocurre al encontrar esta curiosa escultura.

Poco antes de llegar a la calle Michel Bizot el paseante tendrá dos posibilidades.