Curiosamente, entre
semana y de día, este barrio con encanto atrae a pocos
visitantes: cruzamos un grupo de paseantes y poco más.
La mayoría
eran personas ya mayores de edad, aprovechando
los días libres para descubrir este barrio algo apartado.
Pero tras pasar un
largo rato recorriendo las callecitas, llegas a la conclusión
que a pesar del encanto se parece mucho a un tranquilo dormitorio.